ASOCIACIÓN M.A.M.I.

Nuestra historia​

El término MAMI lo acuñó, hace ahora seis años Eva Leal, cuando buscaba respuestas y soluciones a su propia problemática. Eva, percibía como sus hijas estaban siendo manipuladas, y poco a poco se alejaban más de ella. Por aquel entonces, Eva, no tenía una definición de lo que estaba ocurriendo; sólo sabía que no tenía una explicación lógica y coherente. Sin embargo, Eva no cesó en su empeño, y gracias a las redes sociales, contactó con otras madres con su misma casuística.

En sus inicios, MAMI era un colectivo de madres afectadas que se daban apoyo, se cuidaban, y promovieron entre todas iniciativas creativas, para hacer llegar mensajes a sus hijos de forma indirecta, haciéndoles sentir que sus madres no cesaban de luchar por ellos. En definitiva, para poder expresar a sus hijas de la manera que fuera, que las quería.

Una de estas iniciativas, fue la elaboración de corazones de tela con un “Te quiero, mamá”. El objetivo era dejarlo en la puerta de la casa donde vivían sus hijas, para que recibieran el mensaje.

En marzo del 2021, el testimonio de una mujer mediática sobre la Violencia Vicaria hizo que muchas mujeres anónimas, se reconocieran e identificaran con su dolor. Como se suele decir, «un animal herido, reconoce a otro animal herido».

Eva, en su titánico esfuerzo por visibilizar este subtipo de la violencia de género, contactó con la productora responsable del documental, y al Colectivo M.A.M.I., se le dio voz en los medios, para explicar el sufrimiento de tantas mujeres anónimas afectadas por la Violencia Vicaria.

A partir de ese momento, el Colectivo MAMI, tuvo que iniciar los trámites para convertirse en Asociación contra la Violencia Vicaria M.A.M.I., debido a la alta demanda de ayuda que se solicitaba por parte de muchas mujeres.En la actualidad, la directiva de la Asociación MAMI se ha renovado, pero los valores y el origen impulsados por Eva, como madre fundadora, seguirán vivos por muchos cambios que haya. Somos una asociación, en la que el deterioro psicológico es una realidad plausible, por eso, cuando una no esté fuerte otra tendrá que coger las riendas. Después de todo, todas perseguimos el mismo objetivo, recuperar el amor de nuestros hijos.